LA INTELIGENCIA EMPRESARIAL.
Hace años que en los círculos de detectives privados se habla de la «inteligencia empresarial» como una de las posibles especializaciones del área de la investigación privada. Como profesionales de la investigación, los detectives son los profesionales más adecuados para la recopilación y análisis de la información de cara a la inteligencia empresarial o Business Intelligence.
Entendemos como Business Intelligence a la creación de conocimiento a partir de datos referentes a una empresa u organización. A grandes rasgos supone urgar entre datos que pueden parecer poco importantes para crear un conocimiento estructurado que aporte información válida e importante a las empresas. Como ejemplo anecdótico comentar que en la II Guerra Mundial se valoraba el éxito de los bombardeos a los ferrocarriles alemanes midiendo el precio de las naranjas en París.
Después de esta introducción entremos al trapo. Mirad el «regalito» de la nueva ley de seguridad privada (hay más, pero ya los comentaremos en otra ocasión):
Artículo 7. Actividades excluidas.
2. Queda fuera del ámbito de aplicación de esta ley la obtención por uno mismo de información o datos, así como la contratación de servicios de recepción, recopilación, análisis, comunicación o suministro de información libre obrante en fuentes o registros de acceso público.
Olé!
A partir de la puesta en vigor de la nueva ley podéis apostar que se crearán numerosas empresas cuyo objeto social será, exactamente, «servicios de recepción, recopilación, análisis, comunicación o suministro de información libre obrante en fuentes o registros de acceso público».
Es algo así como dar la bienvenida, nuevamente, a los «investigadores mercantiles», pero esta vez bien organizados y con pleno apoyo legal. Pienso esto y me viene a la cabeza Javier Gurruchaga vestido de «Jefe de Pista» gritando eso de «Pasen y vean» …y empieza la canción de «Viaje con nosotros» (lo siento, crecí en los ochenta).
Parece que lo único que han querido regular es que no se pueda investigar a políticos y sus aburridas tramas y tejemenejes, dejando fuera de la legislación y del control del estado, el segmento que probablemente más dinero generará en cuanto acabe la crisis y de una importancia capital en la competitividad de nuestras empresas frente a empresas internacionales.
Algunos podrán decir «este tio exagera, no hay para tanto, son fuentes públicas y nosotros también lo podemos investigar, es más, estamos mucho mejor preparados«, y sí, parte de razón tendrán, pero hay una cosa muy a tener en cuenta:
Las empresas de «servicios de recepción, recopilación, análisis, comunicación o suministro de información libre obrante en fuentes o registros de acceso público» no tendrán que ceñirse a las normas impuestas a los detectives privados con la nueva legislación, nadie les tocará a su puerta a ver si realmente solo se ciñen a bases de datos públicas, no les obligarán a revelar a la administración del estado los datos de contratación de sus clientes y no tendrán la obligación específica de denunciar todo aquel delito del que tengan información.
Tu, si eres detective, sí.
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