Consecuencias de la Imputación de la Infanta Cristina.
Mentiría si dijese que conozco al juez Castro en profundidad, apenas coincidí con él en un juicio y de manera bastante intrascendente, pero no me cabe duda de la importancia histórica de sus actos, sea cual sea el resultado final.
A veces vivimos momentos que sabemos importantes pero a los que apenas prestamos atención por considerarlos un tanto ajenos a nuestras vidas. En Septiembre de 2008 todos escuchamos sobre la quiebra de un banco de inversión llamado Lehman Brothers del que apenas habíamos oído hablar, nos decían que era importante pero no nos lo acabábamos de creer, ¿En qué iba a afectarnos la situación de un banco en los USA?. Hoy, con la panadería de debajo de casa cerrada y una tasa de paro vergonzosa, valoramos esta noticia de un modo distinto.
Hoy, con la imputación de la Infanta Cristina en un juzgado de Mallorca, estamos ante un nuevo momento histórico crucial. La diferencia respecto a otros, pese a lo que algunos afirmen, es que esta vez el resultado es incierto aunque seguro que polémico y determinante.
Determinante para el futuro de la monarquía en España y para la credibilidad del sistema judicial español tanto de manera interna como ante los ojos internacionales que nos observan.
No hay un posible «resultado bueno» para los defensores de la monarquía, hay uno malo y otros peores.
El malo, que la Infanta sea declarada finalmente culpable, tendría al menos como positivo la consolidación del papel meramente simbólico e histórico de la monarquía en un régimen democrático y aunque a corto plazo tuviese un fuerte efecto en la opinión pública, a largo plazo se diluiría. Al fin y al cabo, en qué familia española no ha salido nunca una oveja negra o qué oveja blanca no ha tenido en su vida un momento mas oscuro.
Una nueva «desimputación» o el precendente histórico de declarar inocente al conyuge y socio al 50% de una persona posiblemente culpable (aunque como buenos demócratas le concedamos, sin dudas, la presunción de inocencia) de toda la ristra de delitos que se le imputan a Urdangarín no quiero ni pensar qué efectos podría tener en la pícara España. No tengo apenas dudas de que esto podría suponer el fin de la monarquía en España, no ya a largo plazo, sino incluso a medio.
Estamos en uno de estos momentos que algún día recordaremos para contar a nuestros nietos. Mas vale prestar atención para poder contárselo con detalle, el sistema democrático en que ellos vivan estará marcado, en gran manera, por los hechos que han ocurrido y que están a punto de ocurrir. Sean cuales sean.
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