Francisco Nicolás es una excepción, pero no por lo que hace sino porque le han pillado. La gran mayoría de estafados de este país no tiene la suerte de que la policía actúe de oficio contra los estafadores careciendo de denuncia previa.
Unos ofrecen favores a cambio de una comisión por adelantado, otros son importantes supuestos intermediarios de empresas conocidas, muchos se ofrecen a transportar tu dinero negro a paraísos fiscales o se hacen cargo de vender en tu nombre barcos o coches de lujo.
España es el paraíso de la estafa, sin “presunto” ni puñetas, es el paraíso, la Meca del estafador. Nuestros políticos se han encargado de dificultar cualquier gestión para obtener información de terceros, aun con buena fe y con interés legítimo, a través de la exagerada protección de datos personales y la imposibilidad de acceder a los antecedentes penales o policiales de la gente.
La realidad de la LOPD es que siguen llamándonos a todas horas de Vodastar para ofrecernos grandes descuentos no solicitados en líneas telefónicas que no nos interesan mientras que no podemos saber de una manera rápida y eficaz si la persona que nos ofrece “el negocio del siglo” tiene antecedentes por múltiples estafas. Progreso le llaman algunos, yo le llamará otra cosa.
Los detectives privados de este país no lo tenemos nada fácil y tenemos que suplir la carencia de acceso a bases de datos públicas con la pericia en la obtención de datos a través del trabajo de campo. Por otra parte, es bien cierto que de los datos que constan en bases de datos de acceso público no te puedes fiar en absoluto cuando te enfrentas a un estafador profesional. La mayoría de datos introducidos provienen de la simple afirmación de quien los entrega. “Ponga aquí su nombre y dirección” y ahí se queda. Estoy absolutamente convencido que en este país resulta sencillísimo que cada institución tenga un domicilio tuyo distinto y que ninguno sea el real. Es tan sencillo como mentir cuando te preguntan.
Y quien dice domicilios, dice empresas, contabilidades, etc.. “Tu di que yo apunto” y ahí se queda.
No hablemos ya cuando el que te ofrece el negocio es un extranjero, entonces la dificultad de saber nada de él se multiplica de manera exponencial. Si con un nacional es complicado, con un no nacional el tiempo y los costes se disparan.
Si, pero hay empresas que te ofrecen por internet y un precio asequible toda la información de empresas y empresarios…
Como hemos comentado antes, de nada te va a servir la información pública para protegerte de un estafador. Puede ser un primer paso para acceder a datos básicos, pero confiar en que te paguen ese pedido de 1 millón de euros en la evolución que muestra el registro mercantil es abonar la posibilidad de te quedes con un agujero de difícil solución.
¿Qué hacemos los detectives privados para prevenir estafas?
Aparte de la posibilidad de acceder a esas mismas bases de datos públicas y la experiencia de haber analizados esos datos cientos de veces, los detectives privados somos los únicos profesionales autorizados para investigar sobre el campo. Entrevistamos a proveedores, a empleados, a vecinos, observamos el movimiento real del negocio… y muchas otras cosas que no vamos a detallar aquí.
Un estafador lo es porque no lo lleva escrito en la cara, no lo aparenta y todo lo que ves en él te indica que es de fiar.
Al pobre Francisco Nicolás, presuntamente, le ha traicionado la cara. El problema es que, en este país, vender que ofreces favores políticos a cambio de comisiones es muy creíble. Esos mismos políticos que tanto se esfuerzan en que resulte complicado investigar estafas o alzamientos de bienes lo han hecho así.
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