Dicen las malas lenguas que los detectives privados usamos las redes sociales para obtener información sobre nuestros investigados. Por una vez los conspiranoicos aciertan.
Las redes sociales han marcado un antes y un después en la investigación privada a nivel mundial.
Por una parte han tenido efectos nefastos en la demanda de localizaciones de personas, hoy en día gracias a Facebook es realmente sencillo encontrar a familiares de los que has perdido la pista hace años y la demanda de localizaciones se limita a esa gente, que aún existe, que reniega de todo lo relacionado con internet.
Pero claro, también ha abierto toda una serie de posibilidades, os enumero unas cuantas:
1.- Una de estas contradicciones entre el gobierno y la gente normal (ups, menudo comentario, igual si eres un miembro del gobierno te ofendes. No lo voy a borrar, aquí se queda). Mientras el gobierno se esfuerza en limitar el acceso a todo tipo de datos que habían sido toda la vida públicos (a veces parece que los políticos tienen algo que esconder…) la gente normal cada día hace más pública su vida.
No voy a daros consejos de “cómo proteger tu intimidad” en las redes sociales, no sea me hagáis caso y mañana os tenga que investigar. Pero voy a aprovechar este espacio para agradecer públicamente a muchos de mis investigados la cantidad de fotografías e historias que habéis publicado estos últimos años sin las cuales habría tenido que sudar más para pillaros. Gracias de corazón.
2.- Una que compartimos los detectives privados con cualquier profesional o empresario: la posibilidad de comunicarnos con nuestros potenciales clientes. Esto es ya de por sí importante para todo profesional, pero básico para los detectives privados.
Dudo que haya una profesión de la que se sepa menos que la del detective. La cuestión no es solo la falta de conocimientos reales, sino la creencia falsa de saber a lo que nos dedicamos en base a la información proveniente de series de la Fox.
Lo siento, la Fox es una gran cadena pero no una fuente fidedigna de información. ¿Sabemos cómo funciona la seguridad de una central nuclear gracias a “Los Simpson”? Espero yo que no.
Ya somos muchos los detectives que dedicamos parte de nuestro tiempo a divulgar la realidad de nuestro trabajo, por ejemplo en el grupo abierto de Facebook de “La profesión del detective privado” (al que estáis invitados) pero también en muchos otros espacios en la red.
Divulgar no vulgariza, aunque ambas palabras provengan de la misma raíz latina. El “vulgo” tiene derecho a saber que existen unos señores y señoras, llamados detectives privados, cuya profesión es ayudarles a obtener pruebas para que puedan defender sus derechos ante numerosos abusos a los que se ven sometidos.
Como detective, y como persona, a veces da rabia oír historias de personas que han perdido juicios por verse incapaces de aportar una prueba que nosotros le habríamos conseguido con un par de días de trabajo.
Por lo tanto detectives, espiemos, sí, pero también divulguemos.
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