Cómo prevenir los hurtos internos en hostelería y restauración.
En nuestros años de experiencia como detectives privados hemos realizado una gran cantidad de investigaciones relacionadas con los hurtos internos en hoteles y restaurantes. Vamos a comentar hoy un par de consejos extraídos de nuestras experiencias.
Tal y como acostumbramos a hacer, antes de entrar en materia vamos a repasar un par de conceptos:
¿Qué es el «hurto interno»?
Es aquel tipo de hurto realizado por personal propio de la empresa. Su peculiaridad principal radica en que, independientemente del valor de lo sustraído, el hurto no solo tiene sanción penal sino que también conlleva una sanción laboral para el empleado que, por regla general, acostumbra a ser su despido por falta de confianza.
Por la manera en que se cometen estos hurtos, es más fácil para un detective conseguir pruebas que justifiquen un despido que para demostrar que el montante total sustraído es suficiente como para que sea considerado delito (400€).
Metodología habitual del hurto interno.
El método de sustracción se basa en el profundo conocimiento del trabajador de las costumbres, usos, procedimientos, horarios y medidas de seguridad con las que cuenta la empresa. Este conocimiento permite al delincuente poder planificar el hurto en el momento y lugar más idóneo para ello e incluso entorpecer la investigación del detective fabricando indicios que apunten a otro lado.
Un aspecto importante a reseñar en estos casos es que el método habitual es el de hurtar pequeñas cantidades de manera frecuente con el objetivo de no levantar sospechas al dueño o encargado del local. Estas pequeñas cantidades, acumuladas día a día, llegan a suponer importantísimas cantidades a final de año.
Por poner un ejemplo numérico, 50€ hurtados diariamente durante 242 días laborales suponen 12.100€ a final de año. Si esa persona le va a hurtar esa cantidad desde hoy hasta que se jubile mejor no haga cuentas, se horrorizará.
¿Qué se suele hurtar?
En primer lugar: dinero. Un dinero que no llega nunca a la caja, proveniente de consumiciones cuyos datos no son introducidos en el terminal. Lo más sencillo es que sean consumiciones a granel, es decir, sin un envase que pueda ayudar al propietario a controlar el stock de manera exacta: cañas de cerveza, refrescos de máquina, granizados, etc.
En segundo lugar: material. En general bienes perecederos que desaparecen del almacén sin que haya habido constancia ni de su uso ni de su caducidad. Hurtos así se dan con el material de limpieza o con alimentos de la cocina.
La finalidad de ese material puede ser tanto el consumo propio como la reventa o el abastecimiento de un tercer lugar. Le sorprendería las barbaridades que hemos llegado a presenciar.
Consejos para evitar los hurtos internos.
1.- Procedimientos. Entregue y haga firmar la recepción de una hoja detallada explicando el método correcto de cobro de caja (ver ejemplo de normas al final) así como el resto de normativas que considere importantes. Este paso, aunque pueda sonar obvio, es de máxima importancia. No piense nunca que el trabajador va a darse por informado de que todo el dinero que manipule debe ir directo a la caja y debe quedar allí registrado. No se arriesgue a encontrar un juez con un mal día, déselo todo mascado.
2.- Procure, en la medida de lo posible, que haya una sola persona encargada de manipular la caja registradora y el dinero.
3.- Prohíba, de manera tajante, que se porte dinero propio durante las horas de trabajo. Habilite para sus trabajadores unas taquillas a efectos de poder depositar ahí sus pertenencias al iniciar el turno. Cuesta dinero, pero le saldrá sobradamente rentable.
4.- Permita solo la entrada y salida de sus trabajadores con bolsas del tamaño imprescindible para transportar la ropa necesaria para cambiarse. Adviértales que el Estatuto de los trabajadores permite al empresario registrar a los trabajadores a la salida de su puesto de trabajo y no permita que estas bolsas salgan de la habitación destinada a su custodia.
5.-Instale cámaras de vigilancia en las zonas «calientes»: sobre las cajas registradoras, en las entradas de los almacenes y en la salida de trabajadores. Contrate para ello a un profesional y asegúrese de que las cámaras son de suficiente calidad como para que graben de manera efectiva en cualquier condición de luz ambiental con la resolución suficiente como para apreciar los detalles. Asegúrese también de que el instalador cumpla la ley de protección de datos de la manera más escrupulosa.
6.- En caso de permitir invitaciones a clientes o muestras gratuitas asegúrese de que están supervisadas por un encargado y que todas y cada una de ellas son anotadas en un registro elaborado al efecto. Haga lo mismo con el stock perecedero de su almacén.
7.- Cerciórese de que los datos de fecha y hora de sus terminales de caja son correctos y de que quedan reflejados en los tickets entregados a los clientes.
8.- Advierta a sus trabajadores de que encubrir a un empleado que roba no es una muestra de compañerismo. Un «buen compañero» no realiza conductas que pongan en riesgo el puesto de trabajo de sus compañeros.
9.- Intente no ser del todo predecible. Sorprenda de vez en cuando a sus empleados apareciendo en horas y lugares donde no se le espera.
10.- Cuídese sobretodo de empleados descontentos, en especial si son veteranos o encargados. En general, el trabajador que hurta es de los que lleva más tiempo en la empresa: tiene los conocimientos suficientes y sabe que, en caso de despido improcedente, la indemnización será cuantiosa.
¿Evitarán estos consejos los hurtos al 100%?
No, pero sin duda disminuirán el riesgo de manera considerable y facilitarán, en caso de sospechas, que una investigación realizada por detectives privados profesionales llegue a buen término casi con toda probabilidad.
Siguiendo al pie de la letra lo aconsejado notará la diferencia de recaudación a final de temporada, se sorprenderá.
Ejemplo básico de reglamentación de método de cobro:
1.- Todas las comandas serán anotadas en una libreta al efecto.
2.- Las comandas serán servidas junto con el ticket de caja, depositado éste en un plato u objeto similar destinado a resguardarlo del viento.
3.- Una vez cobrado el importe de cada ticket, se devolverá el mismo rasgado y con el cambio correspondiente.
4.- Las propinas se depositarán en un bote transparente situado a la vista de los clientes.
5.- El incumplimiento de estas normas podrá acarrear la imposición de una falta muy grave, sancionable con el despido del trabajador.
En resumen, al contrario de lo que habitualmente se piensa, la lucha contra los hurtos internos no es una batalla perdida. Tomar medidas preventivas le ayudará sin duda alguna y, en caso de sospechar que algo pasa, contratar un detective privado con experiencia en el sector le facilitará de manera enorme despedir al trabajador y atajar el problema. Este tipo de investigaciones no suelen resultar excesivamente complicadas y el porcentaje de éxito es tremendamente elevado.
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