¿La noche les confunde? Tal vez por eso se despistan en la hora de cierre o su restaurante se convierte en discoteca al aire libre. Trabajo nocturno para detectives.
A simple vista puede parecer maravilloso cobrar para ir a locales de ocio nocturno pero la realidad es bien distinta. Pocas veces te puedes sentir tan solo como cuando estás rodeado de gente por todos lados pasándolo bien mientras tú te dedicas a observar, evaluar y tomar nota mental de todo lo que ves.
Digamos que por despiste, error u extraños factores inexplicables (ponga usted aquí esa misma razón que está pensando) hay veces que las normativas municipales no se cumplen con la debida rigidez en todas las ocasiones y del mismo modo para todos los locales.
No debería pasar, pero pasa. Y pasa mucho.
Incumplimientos más frecuentes en el ocio nocturno.
Horarios.
Uno a veces se pregunta para qué legislar tanto si después no se dispone de las herramientas, o la voluntad, para hacer cumplir las normas. Las normativas difieren entre municipios, pero no difieren en cuanto a problemática. Son muchos los propietarios de locales de ocio nocturno que ven como su competencia incumple de forma reiterada los horarios de cierre especificados en su licencia.
En este caso no solo la competencia estaría legitimada para contratar a un detective privado para investigar este tipo de incidencias, también los vecinos del lugar resultan afectados por la problemática del ruido y son por tanto parte legitimada para investigar.
Constatar el horario de cierre real y cese de actividades de un local es una tarea sencilla para un detective, pesada y a altas horas de la noche, pero sencilla y con excelentes resultados. Es el típico caso en que el informe del detective puede ser la única manera de probar la comisión de ciertas infracciones. La buena noticia es que, como hemos comentado, el resultado está casi 100% garantizado.
Si alguien incumple su horario de cierre lo constataremos. Seguro.
Licencias incorrectas.
Discotecas al aire libre con licencia de restaurante o pubs realizando actividades propias de una discoteca son cosa común, especialmente en verano.
La lentitud de la justicia propicia que esta serie de hechos se repitan como si fuesen una cosa normal. Muchos locales de la costa cambian de propietarios, al menos de manera teórica, todos los años. Entre que se les denuncia, les multan, recurren, les deniegan el recurso, ordenan el cierre y se cumple la sentencia, la temporada estival ya ha pasado. Han hecho caja, dejan todo al aire, traspasan el local y a vivir.
Si a esta lentitud le sumamos algún tipo de “falta de motivación” de las autoridades encargadas de iniciar el proceso, éste seguro que no se resuelve hasta después del cierre de temporada.
Es básico iniciar las actuaciones lo antes posible y con pruebas irrefutables, nada de la palabra de uno contra la del otro.
Con el informe de un detective privado en la mano podrás actuar de manera casi inmediata, presentándolo ante diversas autoridades a la vez y presionando, no con argumentos sino con pruebas, para que la ley se cumpla cuanto antes.
Aforos “ilimitados”
“Donde comen 2 comen 3 y donde caben 200 caben 450”. Este parece ser el lema de algunos pubs y discotecas de la costa. Contar la cantidad exacta de gente que se encuentra en el interior de un establecimiento puede ser una tarea laboriosa, pero a la vez puede resultar imprescindible.
Evitar colapsos en caso de incendio o accidente similar parece ser secundario a hacer caja para algunos desalmados. No hace falta recordar trágicos accidentes con origen similar pero resulta imprescindible, si quien tiene la obligación de prever este tipo de cosas no lo hace con la diligencia debida, denunciar estos hechos a las autoridades pertinentes.
Oferta ilegal y mala praxis
No hace falta ser detective para grabar “mamandings” en sitios de ocio, pero sí para hacerlo de tal manera que quede constancia del lugar, fecha y hora de las actividades expuestas. Lo del “mamanding” ha sido un escándalo durante el verano de 2015 pero… ¿es realmente algo nuevo?
Quizás no de forma tan extrema pero los concursos y promociones con componentes sexuales o con apología del consumo de drogas no son tan extraños. Es muy tentador el uso de estímulos sexuales en la publicidad y la promoción de un local, son temáticas de efectividad demostrada, pero totalmente ilícitas en establecimientos con entrada permitida a menores de edad.
La impunidad de estas prácticas deja en desventaja a los que sí cumplen la normativa que ven sus posibilidades de competir seriamente mermadas.
Relaciones públicas o “ticketeros”
Llámelos como mejor prefiera, pero nos referimos a esos jóvenes de sexo indiferente que se dedican a pasear por la parte frontal de los establecimientos de ocio repartiendo fliers o tarjetas e incitando a los paseantes a entrar en su local.
Su regulación depende de normativas municipales, pero habitualmente se regula el número, funciones y localización de esos trabajadores.
No resulta nada extraño visualizar y constatar la presencia de más “ticketeros” de los legalmente autorizados, ni verlos actuar fuera de sus áreas limitadas.
Para un detective privado constatar este tipo de prácticas es relativamente sencillo debido a que son públicas y notorias por lo que acumular pruebas para una posible denuncia es una misión con un éxito casi asegurado al 100%.
En resumen, pese a que todo lo expuesto debería ser investigado por las autoridades locales usted, como perjudicado directo y más allá de su deber como ciudadano, puede contratar una agencia de detectives privados para constatar aquellas prácticas contrarias a sus intereses sin tener que esperar a que se dé la “voluntad política” de tomar medidas.
Es su negocio y sus intereses, tome medidas.
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