¿Qué es la Inteligencia artificial?
En este blog siempre se trata de hablar de lo último con el objetivo de informar y debatir. No somos expertos en inteligencia artificial, machine learning ni derivados, somos detectives privados, pero sí sabemos lo justo como para atisbar un futuro en el que nos vamos a tener que poner las pilas.
Hace tan solo unos años llegó el Deep fake, que permitía sustituir la cara de cualquier persona en un vídeo. Por ejemplo, poner tu cara en lugar de la de Di Carpio en Titanic. Todo ello a través de software de inteligencia artificial. No tardaron en surgir apps del estilo, igual que surgieron las que te daban acceso a tu aspecto con sesenta años o con el sexo cambiado. Todo esto, repito, ya lo hacía la inteligencia artificial (algoritmos).
Lo que pocos saben, y los telediarios se hicieron poco eco de ello, fue que años antes ya surgía una tecnología preocupante y similar: la síntesis artificial de voz. De esta manera, y con un banco suficiente de datos sobre tu voz, cualquiera podía grabar un mensaje con tu voz y difundirlo como si fuera tuyo. Imaginad las posibilidades en cuanto a declaraciones de políticos.
Es así, con esta tecnología, cómo las fake news quedarán pronto obsoletas. ¡Bienvenidos/as!
Qué se puede hacer ya.
A lo ya mencionado hay que añadir la generación de imágenes, cuadros, música y casi cualquier opción artística (y digital). A través de vídeos que os enlazaré, podréis ver explicaciones de cómo esto se está dando y ante lo que nos estamos quedando obsoletos.
Mientras nosotros paseamos, leemos un libro, vigilamos a alguien o escuchamos un podcast, hay un programador que está enseñando a su algoritmo (o IA) una serie de instrucciones para: crear paisajes (por los que pasear virtualmente y en 3D), escribir libros (originales o fingiendo ser un autor en concreto), revisar las imágenes de CCTV de una ciudad para el reconocimiento de caras (algo que no es tan nuevo) o generar texto y audio como si se tratase de una persona real, copiando lo que sabe de esa persona en concreto.
Sobre los data sets.
¿Cómo se hace esto? Utilizan bases de datos, data sets. Básicamente es información relevante sobre la que sacar patrones. Por ejemplo, cuando Google nos pregunta si somos un robot y nos pide que seleccionemos las imágenes donde aparece una bici, lo que hacemos en realidad es ayudarle a distinguir qué es una bici de lo que no lo es, para que en el futuro no necesite del apoyo humano para ese reconocimiento.
Pero, me he desviado, eso no correspondería en sí a un data set, sino todas las imágenes que Google ha ido captando con sus coches en Google Street. Igual que todos nuestros selfies serían un data set perfecto para alguien que quisiera crear un vídeo Deep fake sobre nosotros. Le estamos facilitando todos los modelos necesarios y suficientes para que la IA pueda recrearnos virtualmente.
Black Mirror ya nos habla de algo similar: una persona muere y una empresa se aprovecha del dolor de su viuda y que esa persona era activa en redes para generar una copia virtual. Utiliza todos sus textos publicados (sobre todo en redes sociales) para aprender a ser esa persona. Aunque llegamos a la obvia conclusión de que no somos casi nunca lo que mostramos en redes, sí que nos permite entrar en el debate de si estamos dando demasiada información de nosotros mismos como para temer que un día se use en nuestra contra.
Perspectivas futuras.
Fuera de la paranoia, soy consciente de que la mayoría de los que estamos en este blog no tenemos la relevancia de un político, un juez o una figura pública a la que no le convengan determinadas declaraciones, imágenes filtradas o el resto de las inconveniencias que puede provocarle este tipo de tecnología: nuestra precariedad nos protege. ¡Alabado sea Gates!
Pero si bien somos víctimas menos potenciales, no dejamos de serlo, y existen muchos particulares (y organizaciones) que se ganan la vida a través del fraude y la extorsión. Para ellos está es una perspectiva muy atractiva económicamente. Son numerosos los casos de personas que son conducidas hacia conductas que no desearían que fueran conocidas por sus amigos o familiares, para luego ser extorsionados para pagar y evitar que se hagan públicas. Imagina si no necesitasen el primer paso, sino tan solo un buen programador.
Algo de esperanza si somos conscientes.
No todo es oscuridad en el desarrollo del machine learning y la inteligencia artificial. Todo este ensayo y error nos va a llevar a una automatización de tareas y actividades que se les van a dar mejor a las máquinas; a nosotros nos liberará para tener más tiempo de ocio y volverá más eficientes los procesos de mercado, de producción, etc. En general, facilitará la vida de los seres humanos. Pero todo ello no puede ser a costa de convertirnos en víctimas de pillerías, y si bien no podemos tener el avance porque es imparable y ya está sucediendo, sí podemos protegernos y ser inteligentes.
Otro aspecto es el de hasta qué puntos seremos capaces de distinguir cuando a través de un chat o llamada hablamos con un algoritmo bien enseñado o con una persona real. No se trata de añadir paranoia aquí, sino de que las empresas pueden utilizar este tipo de tecnología (como hoy en día utilizan los chatbots) para evitar pagar a alguien que nos ayude de una manera cercana y humana a resolver nuestros problemas con sus productos. De esa manera, te podrían estar vendiendo un servicio falso (atención al cliente personalizada), entre otros aspectos negativos que eso puede conllevar, como el uso de este tipo de algoritmos para llamarte todos los días y venderte algún producto, con el carácter incansable que tendría una inteligencia artificial.
Las máquinas ya están aquí.
¿Qué consejo puedo dar? Controlad vuestro contenido en redes, intentad ser lo menos personales posible. Sed vosotros mismos solo en persona y dejad las redes sociales para la promoción laboral, compartir gatitos y aspectos más formales. Solo por salud mental, dejad atrás Twitter.
Y he aquí una sugerencia extraña que creo que podrían cubrir tanto detectives como notarios: no solo pongáis por texto vuestras voluntades y pensamientos más cruciales, sino que probad a grabaros (y si es ante alguien que pueda certificarlo luego, mejor). Porque quizá nadie trate de subir un vídeo de vosotros poniendo a parir a las feministas justamente cuando pensabais apoyar al Ministerio de Irene Montero, pero puede que al dejar un testamento, un pariente insatisfecho y hábil puede crear un vídeo vuestro afirmando cosas sobre la herencia que jamás diríais; o una pareja cabreada puede pedir un servicio para que surjan vídeos con menores que jamás se darían en la realidad… A saber cómo salva alguien este tipo de situación si no es con profesionales de la investigación privada que sepan distinguir la verdad de lo generado por ordenador. Si es que existen. Y así, hasta lo más turbio que podáis pensar. No se trata de ponerse en lo peor ni de sucumbir a la tecnofobia, porque esa nunca va a ser la solución. Se trata de cubrirse las espaldas y actuar de manera consciente.
Y si no me creéis, aquí os dejo unos vídeos:
Generación de clones virtuales
Creación de vídeos artificiales
Creación de humanos artificiales
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