El absentismo laboral genera unos costes anuales en España de alrededor de 9.000 millones de euros. Los detectives podemos ayudar a bajar esta cifra pero hace falta voluntad.
Por supuesto, como detectives privados que somos, nos vamos a centrar en el absentismo injustificado fruto de las bajas fingidas o fraudulentas. Ese que tanta gracia hace a algunos sin ser conscientes de lo mucho que afecta al bienestar de todos.
Causas del absentismo en España
Como ya hemos hablado en otras ocasiones, la alta tasa de absentismo injustificado es una consecuencia tanto de la legislación como de la cultura españolas, aderezada por una falta de consecuencias.
Legislación laboral y absentismo
Fruto de una cultura paternalista y propia del caciquismo, el empresario español al contratar de manera indefinida a alguien adquiere unas obligaciones más propias de una adopción que de una relación económica.
Y hablamos de adopción porque ni siquiera en el matrimonio deben alegarse causas para su disolución.
Contratar indefinidamente a alguien supone, de manera inmediata, una obligación “para toda la vida”. Da igual que dentro de unos años, por la causa que sea, tus ingresos desciendan a la mitad. Como empresario deberás seguir pagando a ese trabajador, aunque no te genere más que gastos y que la causa del descenso de entradas sea completamente ajena a ti (como pueda ser una crisis económica, un cambio legislativo de tu sector, la aparición de mucha más competencia, etc).
Si quieres echar a alguien deberás pagarle una “indemnización”, y lo pongo entre comillas porque me parece un término realmente poco apropiado. “Indemnizar” significa “resarcir de un daño” y parece poco apropiado para, simplemente, acabar con una relación laboral de “trabajo a cambio de dinero”.
Si no hubieras pagado al trabajador o le hubieras sacado un ojo me parecería correcto “indemniza”. Al pago de hoy en día por finalizar una relación laboral se le debería llamar algo así como “pago político para tener contentos a los sindicatos”, pero en ningún caso “indemnizar”.
Pero bueno, es lo que hay y son las reglas actuales del juego. Tampoco son tan originales, todos los países en declive o estancados económicamente tienen reglas similares.
Aun así, contra toda racionalidad y previsión a largo plazo, aún quedan españoles que siguen formalizando contratos indefinidos. Yo entre ellos.
Al tener este “derecho abusivo” se genera una relación de desequilibrio y una oportunidad de usar ese derecho como “medida de presión” (término políticamente correcto para llamar a un chantaje de tomo y lomo).
El absentismo como medida de presión se utiliza, básicamente, con dos fines:
– Conseguir una indemnización en un despido “por agotamiento”.
– Interferir en la gestión de la empresa. Del tipo: “O me trasladan a Madrid otra vez o me doy de baja”.
Para conseguir echar a ese asalariado (eso no es un trabajador), el peso de la prueba caerá en el empresario, que deberá probar tener motivos legalmente válidos para un despido justificado.
En la consecución de esas pruebas objetivas está la función del detective privado en el ámbito laboral.
Cultura española
Legislación y cultura se retroalimentan, y del mismo modo que la cultura ha provocado la ley, la ley crea la cultura. El dinero de la Seguridad Social y de las Mutuas cae del cielo, como el maná, y parece “no ser de nadie”. Como no es de nadie, apropiarse de él de manera fraudulenta parece que tampoco hace daño a nadie.
Como el dinero de la Seguridad Social cae del cielo, no es de nadie y no se hace daño a nadie pues resulta que no es reprobable por la sociedad.
Es más, se ve que resulta hasta gracioso y digno de admiración:
– A Fulanita el jefe le quería cambiar a turno de tarde y se ha dado de baja por la espalda.
– Pues bién hecho.
¿Quién no ha oído un diálogo así?
Pues resulta que esta gente que supone un coste de miles de millones de la Seguridad Social al año no son unos sinvergüenzas sino una especie de héroes.
Falta de consecuencias
Imaginad que la pena para un violador fuese parar en su violación o la de un ladrón no robar más ese día, solo de manera temporal y que la próxima vez que les pillasen volviese a ser la misma.
¿Os imagináis a la policía entrando en un atraco a un banco y sacando a los delincuentes a la calle y diciéndoles: “Ale, a casa, hoy no vais a robar”? Para los atracadores un chollo. Lo intentan mañana otra vez a ver si cuela.
Pues con las bajas fraudulentas pasa algo parecido. Si la Mutua o la Seguridad Social te pillan pues te dan el alta forzosa y dejas de estar de baja, pero nada más. Un chollazo. Lo puedes intentar al día siguiente fingiendo otro tipo de baja (por ejemplo por estrés tras el alta por dolor de espalda) o esperar 6 meses y volver a por las mismas.
¿Se extraña alguien de que no lo intenten una y otra vez?
Como combatir el absentismo injustificado
Pues vamos a hablar de varios métodos y sus consecuencias:
Ceder siempre ante el conflicto con un trabajador
Es decir, que los trabajadores hagan lo que les dé la gana. Creo que todos tenemos claro que no funcionará y si alguien no está de acuerdo no seré yo quien se lo explique.
No hacer ni un trabajador fijo
Teniendo en cuenta el coste que supone formar a los trabajadores y que lleguen a ser productivos en sus puestos de trabajo, a la mínima que el trabajo sea delicado el coste generado superará al que realizarías por despidos de sinvergüenzas.
También deberás destinar un tiempo y dinero importantes en la selección de personal y la coordinación del mismo que harán poco factible esta opción.
Hacer fijos solo a los imprescindibles
El más común en España, sobretodo en sectores donde la curva de aprendizaje del trabajador es relativamente corta y la disponibilidad de mano de obra en paro es alta.
Por poner un ejemplo, un camarero en restauración (aunque los eficientes escasean). El tiempo de adaptación necesario de un camarero con experiencia que se incorpora a un nuevo puesto de trabajo es realmente corto.
Controlar el absentismo laboral en tu empresa
Es el método ideal en empresas con trabajadores especializados y de difícil reemplazo y en aquellas en las que encontramos gente con mucha antigüedad.
En estos casos contratar una mutua en condiciones y contar con la colaboración habitual de un detective privado son costes que debe asimilar la empresa pero que desde el primer momento saldrán rentables.
Lo hemos comentado en otras ocasiones, la lucha contra el absentismo injustificado no va a poner contra la empresa a los trabajadores eficientes sino todo lo contrario. La justicia, el que se sepa diferenciar entre el trabajador que está realmente enfermo y el cuentista, agrada a todo el mundo y genera un buen ambiente de trabajo.
Para garantizar esa profesionalidad y objetividad necesaria para diferenciar unas u otras conductas están los detectives privados profesionales. Nadie mejor que alguien externo y profesional para ser justo y consecuente.
Mirar para otro lado
El absentismo injustificado es un mal, tanto para la empresa como para la sociedad. Dejarlo correr esperando que se “arregle solo” no funcionará nunca. Las cosas rotas no se arreglan solas, se estropean cada vez más.
Tome medidas antes de que estén rotas del todo.
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